viernes, 6 de agosto de 2010

EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA

Como una oveja abandonada en el mundo, me siento infinidad de veces. Pero tengo al Señor que es mi pastor y con EL nada me falta. Tengo su Amor, tengo el amor de La Santísima Virgen y tengo el amor de mi querida madre, qué más puedo pedir. También tengo para sobrevivir diariamente lo necesario y recibo el alimento Divino que es El cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo que me fortalece y me da vida para seguir luchando en esta vida que me ha tocado vivir. En más de una ocasión me encuentro como oveja escariada y perdida, pero tengo ese buen pastor que es mi Señor que nunca me abandona, y que me está llamando día tras día al camino de la santidad. Ese camino que todos debemos cumplir, para cuando ya no pastoreemos en esta vida y Dios nos pida cuentas que ha sido de nuestra vida, podamos contarle que hemos hecho en ella; como ha sido nuestro rebaño junto a nuestros hermanos. Verdaderamente que hemos hecho de bueno en la vida en la que Dios un buen día quiso que naciéramos y viviéramos y ganáramos el pan con el sudor de nuestra frente. Porque nos deje libres, para que trabajásemos la tierra a nuestro antojo. Y El desde el cielo sería nuestro pastor y también nuestro protector y nunca abandonaría a ninguna oveja para que no le faltase de nada, siempre que estuviera en continua oración con ÉL. No lleva cuenta de los delitos, es un pastor amigo de sus ovejas y procura que no les falte el alimento necesario para que puedan vivir honestamente sin grandes manjares y repartiendo, la oveja más pudiente con la oveja más humilde. Cosa que las ovejas pudientes en este caso se olvidan de las más humildes. Pero para eso tenemos a nuestro pastor para que nunca nos falte nada. El Señor tiene a La Santísima Virgen siempre pendiente también del rebaño, por si alguna oveja lo está pasando mal acudir también en su auxilio. Señor con vivir medio bien y salir para adelante no quiero más. Tan solo te digo en este salmo, que quiero que siga poder diciendo.<< El Señor es mi Pastor, nada me falta>>. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.

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