domingo, 15 de agosto de 2010

LAS HERMANAS DE LA CRUZ

Benditas sean estas santas mujeres que tanto adoran al Santísimo Sacramento y a La Santísima Virgen, y apenas quieren saber nada de la vida que nos ha tocado vivir; nada más que de los pobres, de los ancianos de los enfermos y de los moribundos, para ayudarlos a sacarlos de la pobreza, curar sus enfermedades y salvar las almas de los moribundos. Y que alegría que son tan felices. Como tienen que amar a Dios y a su bendita Madre, que no quieren saber más nada de lo mundano. Solo su meditación, su oración, sus canticos que suenan a gloria celestial. Y su descanso merecedor después de todo un día de laborioso trabajo en comunidad fraterna y con las personas que he mencionado anteriormente en esta misiva. Las fieles seguidoras de Santa Ángela de la Cruz, tienen la gloria más que ganada, son tan humildes que a veces prefieren callar antes que hablar y recogerse en oración y hablarle a Dios y a La Santísima Virgen de La Salud advocación de La Santísima Virgen de estas monjitas que se fundaron en Sevilla y que son ya conocedoras en casi todo el mundo. Las reglas de estas religiosas son muy estrictas tanto es así que adoran a Jesús Sacramentado sentadas en el suelo en una estera de esparto. Y en su celda de recogimiento tienen para dormir una tabla de madera como especie de tarima tapada con un paño liso y además no duermen las ocho horas reglamentarias que tiene que dormir un cuerpo humano. Las hermanas de la Cruz son inmensamente queridas en la ciudad de Sevilla, tanto es así que el excelentísimo ayuntamiento les obsequia con el servicio de desplazamiento de autobús gratuito para las hermanas más jóvenes que tendrían que pagarse su viaje para desplazarse a cuidar a los enfermos de la ciudad, ya que las que son mayores de 65 años lo tienen gratis como los demás ciudadanos de la ciudad. Según tengo entendido también les obsequia con alimentos o con vales para que ellas compren en sus tiendas más económicas y se les alargue más el presupuesto. Hay muchos sevillanos que dan una cuota al mes para que las hermanas tengan también por otro lado otros ingresos pues tienen muchísimos gastos para alimentos de residencias de ancianas que no cobran nada y colegios de niñas sin padres que no tienen recursos. Es decir necesitan una fuente de ingresos todos los meses bastante grande y mantener el noviciado de las chicas que ingresan en el convento de la casa general de Santa Ángela. Mantener el convento que lo tienen tan limpio y blanco como la cal. Y dar limosna a los pobres, a los desempleados etc. Yo creo que necesitan dos o tres hermanas para llevar la contabilidad. Pero tienen lo más importante a La Divina Providencia que no las abandona y esa es la felicidad más grande que les puede llover del cielo. La gracia de Dios. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.

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