jueves, 12 de agosto de 2010

VENERABLE MADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA.

Dicen que hablar de esta monja se enfadaría mucho, la que fuese la séptima Madre General de Las H.H. de la Cruz, la obra que creó Santa Ángela en Sevilla y que hoy está extendida por todo el mundo. Pues dicen que era tan sencilla que no quería que se supiese lo que hacía, que solo lo hacía por amor a Dios y no porque lo supiese la gente. Ella estaba entregada por completo a Jesucristo y lo veía diariamente en los pobres en los enfermos, y esa era su vida diariamente, no quería saber nada de dinero si no de las cosas de Dios y del amor hacía La Santísima Virgen. Madre Purísima, era de una familia del barrio de Salamanca de Madrid bien acomodada, pues tenían hasta un chalet en el pueblo cercano de Cercedilla y no quiso nada de riquezas sino que eligió la pobreza y la entrega a Dios a los más pobres, moribundos y a todo lo que representase a Cristo en la tierra. Amo hasta tal extremo que veía a Dios por todas partes y a La Santísima Virgen. Y la Iglesia no puede dejar pasar desapercibidamente a esta mujer, por eso en el mes de septiembre la beatificará hasta que haga más milagros y la lleve a la santidad y la suba a los altares como es de justicia. De todos es sabido el milagro que ya ha hecho con una niña del pueblo de La Palma del Condado (Huelva) desahuciada por los médicos y la familia pedirle a Madre María Purísima que la salvase y se ha salvado, que los médicos han dado testimonio de ello. Este año la novena de La Virgen de Los Reyes patrona de la diócesis se está celebrando en honor de Madre Purísima. Y el arzobispado está también preparando su beatificación en el estadio olímpico de la ciudad de Sevilla, por sus grandes dimensiones para que puedan asistir un nutrido número de personas de todas las parroquias dadas sus grandes dimensiones. Con un altar que será presidido por La Virgen Macarena, será todo un acontecimiento para la ciudad y para el instituto de la compañía de las H.H. de La Cruz que vive en olor de santidad. Unas monjas a las cuales no les faltan las vocaciones, pues es una vida espiritual con Dios algo radiante y esplendoroso. No hay nada más que irse una tarde al manifiesto que tienen las hermanas diariamente a Jesús Sacramentado para ver como lo adoran y ver la santidad de estas religiosas. Recemos por ellas y por su amor a Dios y a La Santísima Virgen. Manuel Enríquez Becerra. Sevilla.

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